«Mi experiencia comienza
en Cádiz capital, en los
años de estudiante,
donde me inoculé el
bendito virus de
disfrazarme en febrero»
CÁDIZ.
Alegría, ingenio, calle, con-
curso, diversión, coplas… eso es para
mí el Carnaval de El Puerto. Y os
puedo asegurar que en El
Puerto de Santa María sa-
bemos disfrutar muy mu-
cho de la vida, a la par
que sabemos trabajar
obstinadamente y, tam-
bién, entender que no
todo en la vida es color
de rosa. Pero, induda-
blemente, El Puerto
ofrece diversión y
buen vivir.
Mi experiencia
personal con el Carnaval comienza en
Cádiz capital, en los años de estudian-
te, donde me inoculé el bendito virus
de disfrazarme llegado febrero y dis-
frutar echándonos a la calle desde la
Ostioná y hasta el domingo de coros.
En los últimos años, ya implicado
en la política como concejal, he segui-
do disfrazándome cada año en El Puer-
to, pues no concibo el Carnaval sin un
disfraz. Es más, animo e invito a cual-
quier persona a que se lance al Carna-
val disfrazado. Cambia muchísimo que
hacerlo «de paisano» y os puedo ase-
gurar que la experiencia de estar en la
calle Luna y Misericordia representa-
do de cortesano, de chino o de mari-
nerito, inicialmente puede provocar
‘corte’ pero merece muchí-
simo la pena. Por cierto,
para los principiantes
recomiendo dis-
fraz con ros-
tro tapado,
deformado
o muy pin-
tado, que ayu-
da a superar la ver-
güenza inicial.
El pasado año me estrené
como alcalde y la experiencia fue aún
mayor, si bien con cierta preocupación
en las sesiones del Concurso de Agru-
paciones por aquello de las coplas que
le pudieran dirigir a uno, enjuiciando
la acción de gobierno con esa agudeza
que saben trazar los autores. Por el mo-
mento, sobreviví. Ya veremos este año
cómo nos ponen…
En cuanto a anécdota: un viernes de
pregón insistí muchísimo a mi mu-
jer que debíamos ir disfrazados a la Pla-
za Colón… y allí nos plantamos ambos
de chinito y chinita. Desde que apar-
qué el coche notaba que la gente nos
miraba sorprendidos… a medida que
íbamos andando más nos señalaban…
y al llegar a la plaza, abarrotada, ¡¡éra-
mos los únicos que íbamos disfraza-
dos!! Podéis imaginaos la sensación…
Aún así, y pese a todo ¡¡viva don
Carnal!!
«Un viernes de pregón
mi mujer y yo llegamos
disfrazados y éramos
los únicos. Imaginaos
la sensación»
El alcalde de El Puerto, David de la Encina, junto al también portuense Quique Miranda en el Carnaval de la localidad.
::
LA VOZ
«Al Carnaval, siempre condisfraz»
Nombre.
Javier David de la Encina
Ortega
Edad.
46 años
Lugar de nacimiento.
El Puerto
Profesión.
Abogado y alcalde de El
Puerto
Lo que más le gusta del Carnaval.
Vivir la calle de manera diferente, con
la ironía y el buen humor característi-
co de la fiesta y de la idiosincrasia de
los portuenses
Lo que menos le gusta del Carna-
val.
Que algunas personas entiendan
la fiesta como un gran botellón, y se
desvirtúe el buen ambiente festivo de
las calles
DE CERCA
El regidor es abogado.
::
LA VOZ
David De la Encina
ESPECIAL CARNAVAL
S U P L E M E N T O E S P E C I A L
J U E V E S 2 3 . 0 2 . 2 0 1 7
19