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EuroWire – Mayo de 2007

156

español

Si se considera el rendimiento, se debe

analizar primero la bobina. El diámetro

interno de una espiral de cobre es el

factor más importante para determinar

el rendimiento. A su vez, este diámetro

depende principalmente de factores

mecánicos como la guía, vibración y

contaminación del alambre, además de

las dimensiones del alambre y el método

usado para unir una el alambre de un

carrete a otro.

En general, cuanto más cerca está la bobina

al material, más alta es el rendimiento. En

muchos casos, puede ser necesario hacer

pasar alambre de dimensiones diferentes

a través de una sola bobina. Los alambres

de dimensiones más pequeñas tendrán

una eficiencia menor, pero ello puede

ser compensado por una reducción de

los costes para bobinas de dimensiones

inferiores y la reducción de los tiempos

muertos debido a un número inferior de

cambios de bobina en caso de alambres

de dimensiones diferentes.

El segundo aspecto del diseño de la

bobina es su longitud. Teóricamente, para

calentar uniformemente todo el diámetro

de un alambre a una determinada

temperatura, es necesario un tiempo

que equivale aproximadamente a D²/25

segundos (donde D = diámetro del

alambre en mm). La longitud mínima de

la bobina en metros será, por lo tanto,

D²M/25 (donde M = velocidad del alambre

en metros/segundo).

En práctica, especialmente en caso de

diámetros pequeños, una bobina que

presenta la longitud mínima indicada

arriba produciría una densidad de potencia

excesiva y, por consiguiente, un escaso

rendimiento. Para mejorar el rendimiento

se aumenta la longitud de las bobinas.

La experiencia nos permite hacer cálculos

para determinar la longitud de la bobina

(con diámetros de la bobina determinados

en base a las dimensiones de alambre)

y calcular la tensión de la bobina, el

número de espiras y el porcentaje de cobre

respecto al espacio libre, para obtener el

rendimiento máximo. De estos cálculos,

el valor inicial de la longitud de la bobina

puede ser variado para mejorar el

rendimiento.

Aplicaciones del

calentamiento de alambre

Actualmente el calentamiento inductivo

se aplica a una amplia gama de procesos

para alambre, tratando tanto alambres

individuales como varios alambres para-

lelos o alambres trenzados que forman

cables.

El calentamiento del alambre se aplica

en varios campos: calentamiento antes

del

trefilado;

calentamiento

antes

del encapsulado (por ejemplo para la

fabricación de cables eléctricos recubiertos

de PVC); tratamiento térmico del alambre

(normalmente temple, a veces seguido

de revenido); recocido de cables de

uno o varios torones; calentamiento

del alambre antes del revestimiento

(tanto con revestimiento de metal o con

compuestos aislantes); relajación como

las que se realiza en los alambres para

hormigón pretensado, y precalentamiento

antes de un proceso de calentamiento

convencional.

Panorámica de

los procesos de

calentamiento por

inducción del alambre

en detalle:

Calentamiento antes del trefilado

A veces es necesario calentar ciertos tipos

de alambre antes del trefilado para evitar

daños en la superficie causados por el

proceso de trefilado.

Calentamiento antes del encapsulado

Se aplica generalmente a los alambres

de aluminio, de un solo hilo y trenzados.

El alambre es precalentado cuando sale

del rodillo del desenrollador y la bobina

de inducción es colocada en la curva

catenaria de la línea del alambre.

El alambre pasa a través de la bobina

de inducción cuando es calentado

a aproximadamente 250°F (120°C) y

luego, pasa inmediatamente al proceso

de encapsulado donde el PVC fluye

uniformemente sobre el alambre.

La longitud de la bobina de inducción

depende de la velocidad del proceso y de la

profundidad del calentamiento requerida

a través de la sección transversal del

alambre. Dado que no es esencial calentar

completamente el alambre, la longitud

de la bobina de inducción en la mayoría

de las aplicaciones va de 20” A 40” (de 0,5m

a 1m).

Tratamiento térmico del alambre

El temple y revenido en continuo del

alambre de acero es particularmente

importante para ciertos tipos de aplica-

ciones como la producción de barras

deformadas para estructuras de refuerzo

del hormigón.

Esto se obtiene usando un proceso

horizontal en línea, donde se realiza

el calentamiento del alambre a una

temperatura

de

austenización

de

1.742°F (950°C), seguido de enfriamiento

rápido con agua y recalentamiento a

una temperatura de entre 660°F (350°C)

y 842°F (450°C) para el revenido final; la

temperatura depende de los requisitos

finales de resistencia a la tracción del

producto. Radyne ha patentado un

proceso llamado “Hi-Bond” para esta

aplicación específica.

Recocido

Los alambres de acero pueden ser

calentados por inducción, normalmente a

una temperatura de 1.290°F (700°C), para

el proceso de recocido, tanto individual-

mente (para varios diámetros) como en

configuración

múltiple

(normalmente

Tipo de desenrollador

que depende del

diámetro del alambre

Arrastradores Arrastradores

Arrastra-

dores

Endere-

zadora

Sistema

de lavado

Estación de pre-

calentamiento por

inducción

Sección de post-

calentamiento

por inducción

Enfriamiento

rápido

Estación de

revenido

Enfriamiento

final

Protec-

ción del

producto

Cizalla

Desviador/unidad

opcional de corte a

medida y atado

Enrollador tipo

molinete o caja

Figura 2

.

La línea para el tratamiento térmico en continuo de alambre de Radyne