La vida misma 7ª
¡Madrid: Añastro cautiva!,
luna llena en sus tejados,
un gato blanco en sus prados,
noche de junio festiva,
cuando la flor se motiva,
cerca de un leve destello,
de agua que hace más bello,
el rincón de una terraza,
y a pié queda la coraza,
la vanidad y atropello.
¡Aquí…desnuda la vida,
que abriga álamo del soto!;
en verdad no tiene coto,
si el quehacer se descuida.
Nace un alma dividida
entre la cruz del salario,
y libertad de un corsario,
que navega por los mares,
sin rumbo, ni hados polares,
a su antojo, a su calvario.
Con dos pies y dando tretas,
figurín danza a su gana,
de Colón a Castellana,
con la luz hace sus metas;
y a veces cobra sus dietas,
si esa prisa que se mueve,
tiene la paz que conmueve,
en mundanal coliseo,
sobre una calle deseo:
que la melancolía apruebe.
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