La construcción de una huerta comunitaria en
la escuela rural de Queguayar ha mejorado
sensiblemente la calidad de la alimentación de los
niños. Pero además, la huerta se ha transformado
en un recurso didáctico por excelencia y ha unido
a las familias a trabajar por su pueblo.
Son las 12:30 en la Escuela Nº 78 de la
localidad sanducera de Queguayar. Varias madres
llegan a buscar a sus hijos a la salida, entre ellas,
Amelia Rodríguez, madre de Camila de 11 años
que concurre a quinto grado. Sin embargo, a
diferencia de sus compañeros, ellas no se van
para la estancia donde viven y trabaja con su
marido si no que se dirigen a la huerta escolar a
dar vuelta la tierra y regar las hortalizas, tarea que
les lleva al menos un par de horas. Así como ellas,
un papá que vive enfrente a la escuela se encarga
durante los meses de verano de regar diariamente.
Varias familias colaboran en el mantenimiento
de la huerta escolar, que recibió el apoyo de
la Fundación para contar con las herramientas
necesarias para desmalezar, trabajarla y poder
SEMBRANDO COMUNIDAD
construir un invernáculo. Según Rosa Constanzo,
la directora de esta escuela, “el 70% de los
padres se involucraron con el proyecto y ellos
mismos se distribuyen las tareas”. En Queguayar
viven alrededor de 150 personas y de ellas 47
son niños que concurren a este centro escolar. Al
estar ubicada sobre la ruta 3, con buen acceso a
transporte público, es una localidad que ha crecido
en población, aunque sufre de una movilidad
permanente. “Acá tenemos el problema de que
las familias van y vienen. Pero este proyecto es un
aspecto que motiva a la gente a no irse de acá. De
a poco hay un cambio de mentalidad, ya logramos
que haya cuatro huertas además de la escolar”,
cuenta con satisfacción Constanzo.
Las familias también valoran la huerta como un
espacio para fortalecer los vínculos entre ellos. “La
huerta le da otra vida a la escuela. Ayuda a que
la gente se una un poco más, es una forma de
trabajar por el pueblito”, dice María del Rosario
de los Santos, madre de Santiago y Gastón de
10 y 11 años. Su sueño, que comparte con la
ALIMENTACIÓN SALUDABLE
SE REFUERZAN LOS LAZOS COMUNITARIOS
OBJETIVOS
•
Promover el fortalecimiento de los
vínculos escuela-comunidad
•
Favorecer la expansión de la
huerta como fuente de alimentos
saludables
•
Impulsar el trabajo cooperativo
mediante la construcción conjunta
de la huerta y el invernáculo
Niños
47
Maestras
3
De las familias
involucradas
70
%
26
MEMORIA ANUAL 2014




