EL PASTOR DEL AZNAITÍN
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enebros, encinas, jilgueros, chamarines, gorriones,
perdices...por leones, tigres, elefantes, monos...tan
libres y felices en su África del alma. Un rebelde
como yo, comenzó a disparar hiriendo a un tigre
que huye despavorido por las calles del pueblo.
Gracias a Dios, cuando me iba a cazar, llegaste,
poniendo fin a mi pesadilla.
Afortunadamente, Sierra Mágina, aún no ha sido
pasto de las llamas… ¡Que siga así!
Desgraciadamente todos los veranos gran parte de
España arde para agonía de las especies naturales.
La mayoría de los incendios son provocados por la
codicia del ser humano; estamos matando nuestro
entorno y nuestros ideales. Debería haber mayores
castigos para controlar estas atrocidades.
POEMA
en mañanitas de niebla,
de pálido octubre,
el rojo cerezo puebla,
Aznaitín salubre,
de rocas embelesadas,
sobre mi andar lento,
queriendo ser dulces hadas,
que me alcen al viento
y allí muy cerca del puerto,
un cuerpo tumbado,
tal vez vivo, tal vez muerto,
me dejó azorado...
¿Será feroz bandolero
de la guardia huyendo?...
¡Era Santos el Cabrero,
el pobre durmiendo!