también de nuestros propios compañeros. En aquella época, seguramente
con excepciones, casi nadie estaba en “Estudio” por casualidad. Nuestros
padres encontraron después de la guerra en “Estudio” un último reducto
para lo que les era más querido, la enseñanza de sus hijos. Formados en
la Institución Libre de Enseñanza o en el Instituto-Escuela, consideraban
que la enseñanza y la pedagogía eran parte de lo fundamental que debería
ser preservado y encontraron en “Estudio”, de alguna forma, una manera
de salvaguardar algo entre tantas cosas que habían perdido. Naturalmente
esa sensibilidad social que vivíamos en “Estudio” también estaba presente
en nuestra propia casa. El Colegio ofrecía una cierta continuidad. Nuestros
propios amigos eran tal como éramos nosotros y tal como eran nuestros
padres. Al menos en una gran proporción. “Estudio” y su ambiente de li-
bertad, así como las diferencias que notábamos entre la vida en el Colegio
y la vida fuera del Colegio, contribuyeron a que tuviéramos cierta sensibi-
lidad por la
res publica
, por la cosa pública.
En los años 1983-85, ya nombrado Delegado del Gobierno para la
Explotación del Sistema Eléctrico, tuve la suerte –porque me fue enco-
Impulsar el desarrollo de la Ciencia y las Humanidades
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Legado Carmen García del Diestro.
Archivo Histórico Fundación Estudio.