logía detrás, lo cual es completamente legítimo, porque ideología te-
nemos todos, seamos economistas o no. Incluso hasta en las Ciencias
Exactas la ideología no desaparece. El problema es que la ciencia se
presente como no discutible, como si solamente existiera un camino,
como si fuera completamente ajena a las ideologías. Y precisamente
desde Economistas Frente a la Crisis tuvimos que decir “mucho cuida-
do: no es economía, es ideología” para denunciar proposiciones que
poco se compadecían, en nuestra opinión, con los intereses de la ciu-
dadanía. Observábamos que la ideología que se estaba empezando a
imponer como un pensamiento predominante en el mundo de la Eco-
nomía –y que se convertía en la guía de gestión de la crisis que empieza
en el año 2007-2008 y con toda claridad en 2010– estaba agudizando la
crisis. Había ideología detrás, como la había entre quienes no estába-
mos de acuerdo con las políticas que se estaban imponiendo en España
y en la Unión Europea. Pero la diferencia es que nosotros pensábamos
que esa ideología que se presentaba como una ciencia indiscutible no
sólo sí era discutible sino que además era incompatible con el interés
general. Producto de un cierto impulso moral, levantamos la mano para
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Intervenir en el mundo, una actitud ética
Legado Carmen García del Diestro.
Archivo Histórico Fundación Estudio.