eres educado. El mejor legado de la clase de Educación Física era la ca-
pacidad de aprender. Estábamos sanos y teníamos en nuestra mano la
posibilidad de realizar los más distintos juegos o deportes.
carlos hernández:
Además el baloncesto era el deporte rey en “Estu-
dio”.
José lasa:
Sí, aquí se prohibía jugar al fútbol. Jugar al fútbol era un acto
de rebeldía: lo practicábamos en las excursiones, a veces nos escapá-
bamos a los montones, a la tapia, junto al depósito de basuras... Perso-
nalmente a mí me ayudaba la valoración que en “Estudio” se hacía del
baloncesto. Pero, más allá de que fuera el deporte rey, también hacía-
mos voleibol, balonmano... Era una experiencia que te llenaba y te hacía
capaz de practicar cualquier modalidad.
carlos hernández:
Muy temprano comienzas a destacar como balonces-
tista y formas parte de las plantillas inferiores del Real Madrid.
¿Cómo fue combinar los estudios en el Colegio con las exigencias de
la práctica deportiva?
José lasa:
Fue complicado. Todos sabemos que el Colegio es exigente con
los deberes, requiere estar encima, hay una evaluación continua, etc. A
ello había que sumar las duras exigencias del baloncesto. Aunque en una
primera fase entrenábamos tres días a la semana, el cambio vino cuando
a partir de los 13 ó 14 años los entrenamientos pasaron a ser diarios. Cada
día entrenaba alrededor de cuatro horas. En ese momento la dificultad
para mí creció sustancialmente. Sin embargo, he de señalar que recibí mu-
cha ayuda de mis compañeros de clase y, por supuesto, de mis padres.
No podía haber sido de otro modo. De no haber existido esa compren-
sión habría sido bastante complicado sacar adelante los estudios.
carlos hernández:
En una edad de formación, ¿cómo influyó esa dedi-
cación al deporte en el conocimiento de ti mismo, tu cuerpo, tus li-
mitaciones y tus posibilidades? Por otra parte, ¿qué te enseñó para
la vida en sociedad la práctica de deportes de equipo?
Fomentar la creación estética y la educación física
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