Entre los alumnos de sexto año, la lectura se motivó
a través de un desafío: premiar al alumno que lee
más libros. Los de aventuras son los preferidos entre
los 14 alumnos, que llevan en promedio cinco títulos
leídos. “Cuando empiezo a leer lo termino en dos
o tres días porque quiero saber lo que viene. A
mí me encantan las novelas porque me llenan de
fantasías”, dice Camila una alumna de 12 años.
En cuanto a los resultados, desde la implementación
del proyecto la directora resalta los beneficios
más inmediatos de motivar el hábito de la lectura
en los más pequeños. “La lectura de libros mejoró
sensiblemente el área de escritura, fomentando los
debates y la argumentación. Ahora los niños de
quinto año son capaces de hacer una síntesis y
crítica del libro recomendando a sus compañeros a
leerlo”, señala con orgullo Andrada.
PAYSANDÚ
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