MARINERO DE TIERRA ADENTRO
96
Cientos de historias oídas al calor de un vaso de
vino en la casa de Juan “el Nano”, de Nicolás
“Garrucha”, de José “el Nene”, de Pedro “el de
Pepa”………….
Historias vividas en medio de la mar; historias
vividas con la mar en calma y, en muchas
ocasiones, con la mar cabreada o con un
verdadero temporal como la que me contó Pepe el
hijo de Pedro “el de Pepa”; aún, hoy, después de
25 años, me estremezco recordando su relato.
Pedro era patrón de papeles de un barco de hierro,
como se conocía a los barcos pesqueros de gran
calado y, como patrón de “papeles”, su misión era
llevar el barco desde puerto a la zona de pesca y,
una vez finalizado el turno, conducirlo de nuevo a
puerto; lo de patrón de “papeles” es porque tiene
la titulación requerida para tripular el barco, a
diferencia del patrón de “pesca” que se encarga de
las faenas de pesca propiamente dichas y no
precisa titulación; es el entendido en pesca y el que
marca el caladero en el que hay que faenar.
Pues bien, me contaba que en uno de los turnos,
cuando regresaba a puerto, les sorprendió un
temporal el cruzar el Estrecho; un temporal como
ese nunca lo había sufrido, las olas cruzaban el
barco de proa a popa por encima del puente de
mando; la tripulación, cobijada en las bodegas,
lloraba y pedía a Dios que amainase y él, junto a su
segundo, solos en el puente de mando intentando
mantener el rumbo del barco, a mínima marcha,
de proa a la mar dejándose mecer por el oleaje y
con el temor de un cambio del viento que pusiese
el barco de costado a las olas y lo echase a fondo
sin remisión.
No recuerdo las horas que me dijo que estuvieron
en esa situación esperando que amainase la
tormenta y pudieran salvarse, ya que, los barcos
que recibieron el s.o.s. no podían hacer nada salvo
esperar por si había una desgracia, socorrer a los
supervivientes.
Y sucedió que, al doblar un cabo (no recuerdo el
nombre), la mar era un plato; de golpe no había ni
una ola, todo en calma……….estaban salvados.
Siempre he entendido que algún marinero, cuando
llega a tierra, se emborrache.