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EL JUEGO DE LA PAJA

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malestar y surgió la necesidad de revelar tan

malogrado incidente a su familia, la cual tuvo que

asear con agua caliente durante un mes y frotar

con una pomada recetada por el médico de

Jimena.

Pasaron tres años, “El Chato”, me indicó su pene

había alcanzado una gran dimensión a partir de los

caldos borriqueros, seguro desbancaría al "Gato",

hasta ahora dueño y señor de la damisela de

nuestros sueños. Así fue, el día de la cita en la

cueva del orujo, (por cierto, ignorábamos el

peligro de un derrumbe, afortunadamente nunca

sucedió), estaba yo de guardián por si venía el

encargado de la fábrica; había pasado media hora

de la cita, cuando observé como “Virgil”, salía de

la báscula y se dirigía hacia nosotros, rápidamente

me dirigí a la pareja avisando del peligro; pero no

podía imaginar que la polla de mi amigo se pusiera

tan grande, tanto lo fue, que no la pudo sacar de

su sitio y aconteció el descubrimiento por parte de

la autoridad competente.

Las familias muy apesadumbradas y en favor de la

dignidad y la castidad, yo diría hipocresía,

decidieron castigar severamente a la pareja,

enviando a Mari Paz, hoy Pacificación, a un

convento de monjas de clausura y al “Chato”, hoy

Francisco, a un convento de monjes. Así se

encarceló severamente en el infierno, una de las

gracias naturales más placenteras del único paraíso

que conozco.

POEMA

Esa cálida mano de aldeana,

que masturbó mi secreto en apuesta,

no disfrutó el bacilo de quien gana

al descollar... corrido que se apresta.

Es mi júbilo regresar mañana,

cuando aborde su encanto haciendo gesta,

y ese celo trivial de puritana,