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De las frutas en

aguartlie~te

No remataremos este tratado, que hemos querido

hacer lo m á s completo posible, s in dar algunos detalles

acerca de la conserva de frutas en aguardiente, que

figura en primera línea entre las esHecialidades y pre–

parados que los cantineros suelen hacer.

Elección de las fru,tas

P a ra s u conservación en ag ua rdiente ha de buscarse

frutas d e superior calidad y buena apariencia, sanas ,

carnosas , d e buen gusto y que, sin estar verdes, no

h aya n llegado á su completa madurez, pues de lo con–

tra rio las diversas operaciones porque pasan las ha–

rían expe rimenta r deterioros, arrebatándolas su buen

aspecto, y el alcohol, combinándose con el azúcar, las

privada de g ra n parte de su a roma.

B lanqueo

E legida la fruta , se pr incipia por frota rla con un pa–

ño muy fino, ó con un cepillo suave, si su piel es velluda,

cua l ocurre con el melocotón y el a lba ricoque, para qui–

tarla el polvo. D espués, al objeto de evitar que se

abla nden y pierda n color y tersu ra , se las picará varias

veces con un a lfiler, haciendo , penetra r éste hasta el

corazón, p ara tenerlas cua tro ó cinco horas en agua fría

?_

helada, á fin de que, penetrando el líquido en sus te-

11dos , a ument11 s u dureza.

E levando el líquido á cierta temperatura , súplese el

defecto d e madurez.

Al s a lir del agua caliente se las coloca en un tamiz

a l objeto de que escurr an, trasladándolas luego

á

un

perol de cob re no estañado lleno de agua. Si se t ra ta

de ciruelas claud ias a ñádase medio cortadillo de vma-