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PEDRO CHICOTE
que, al manifestarse la presencia del perfume y sa
bor de los licores, según el gusto y la fórmula:
frío, suave, seco, dulce, aromático, tónico, estimu
lante, etc., etc., proporcione al degustador el deleite
perfecto.
Los cocktails que se preparan sin hielo no son
cocktails, sino mezclas absurdas de alcoholes, au
sentes de toda sugestión y deleite.
Al reconocer al hielo toda la importancia que
tiene en la preparación del cocktail, no quiere de
cir esto que deba ponerse con exceso, ni demasiado
partido, pues entonces resultarían cocktails insí
pidos, ya que, al diluirse con rapidez al ser agitado
en la cocktelera, rebajaría la calidad de la bebi
da, haciéndola perder todo su encanto. Se puede
fijar la dosis de hielo en el interior de la cocktelera
para la preparación de un cocktail, en tres o cua
tro pedacitos del tamaño de un huevo de paloma.
El cocktail no debe nunca ser preparado sino en
el preciso momento de su degustación, pues la fu
sión íntima de los licores entre sí y con los demás
elementos, dura escasamente una hora, pasada la
cual viene la disociación, no quedando del cock
tail más que una bebida absurda y ridicula, indigna '
de tal nombre.
Para medir las bebidas que componen las fórmu
las del cocktail no hay una que nos determine con
exactitud la cantidades; la más aproximada y la
que mejor va a las fórmulas indicadas en este libro
es la copa de las que se bebe el vino de Jerez.