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PEDRO CHICOTE
tos—, después se adiciona el azúcar o jarabes, hue
vos u otros elementos que compongan la fórmula
que se desee y, por último, los licores. Después se
agita breve y enérgicamente la cocktelera, vertien
do su contenido en la copa del cocktail a través
del pasador, al objeto de evitar pasen reminiscen
cias de hielo o de cualquier otro ingrediente.
La copita en la cual debe ser servido el cocktail
debe tener la cabida de una de las de vino de Je
rez y ser de forma de cubilete o, mejor, más moder
na y más chic, de forma de cono truncado.
No debe ponerse en el fondo de las copas rájas
de limón o haranja, pues además de no ser agrada
ble a la vista, en la práctica no sirve para nada.
Cuando se desee perfumar la bebida, se cogerá con
las pinzas, y con ella se exprimirá sobre la bebida,
a fin de que suelte la fragancia de sus perfumes que
dan el bouquet a la bebida.
Para degustar con satisfacción el encanto de un
buen cocktail y facilitar su asimilación por el es
tómago, es muy conveniente servirlo acompañado
de entremeses, que a la vez que le proporcionará,
junto con el cocktail, una agradable sensación de
bienestar, facilitará al jugo gástrico una materia
más sólida sobre la que ejercer su acción.
Estos entremeses no serán como los de los col
mados, que en algunos casos son verdaderos almuer
zos, sino más ligeros, como por ejemplo, canapés,
almendras, aceitunas, etc., etc.