•que dará á la madera durabilidad é imper
meabilidad.
Dos ó tres de éstas, las que estén colocadas
en los rincones del local, se forrarán de paño
de mesa de billar, para que sirvan á manera
de ornato y para que las ocupen de preferencia
los jugadores de dominó, damas y ajedrez, con
lo cual se evitará á la vez el molesto ruido que
hacen los primeros. Al forrar las dichas me
sas, se cuidará de dejar en cada esquina de
ellas, un cuadro de doce centímetros sin paño,
á fin de que sirva para colocar en ellos las co
pas que consuma el cliente.
El color del armazón, mostrador, mesas y
sillas (éstas deben hacer juego con las ante
riores) y también el de las puertas, habrá de
ser siempre uniforme, y nunca un mueble de
un color y otro de otro; siendo en todo caso de
preferirse el que imita la madera en sus di
ferentes matices; desde el más claro hasta el
más obscuro; también se verá agradable una
cantina que presente un conjunto de color ro
jo vivo, verde pálido, blanco ó crema, pero
siempre uniforme.
Las luces deben quedar repartidas con
método y simetría; dos ó tres focos en la par
te alta del armazón; sobre el mostrador, en
el centro, y suspendidas del techo, otras tan
tas; una al frente de cada puerta de entra
da, á fin de que proyecten luz hasta la calle;
una suspendida sobre cada mesa, y otra en
el mingitorio, etc.
Al buen gusto del dueño del establecimien
to, debe dejarse la cuestión de su ornamen
tación; teniéndose presente, sin embargo, que
mientras más serio sea el ornato, resultará
de mejor efecto; lo cual no sucede si se le re
carga demasiado de cuadros ó anuncios vis
tosos, que no sirven más que para desvirtuar
el conjunto; también deben proscribirse las
figuras pornográficas y obscenas, y sólo se
les dará preferencia á los cuadi-os de cierto
27