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EL SABOR
EN EL
UOUTEL
Ya en el tema "Cócteles dulces
y
cócteles secos'',
nos referimos a este tema;
y
volviendo sobre el mismo,
deseo referirme ahora al llamado " paladar" argentino,
que es fruto de mis observaciones constantes durante
más de treinta años de profesión.
Esta observación me ha permitido comprobar que el grueso del
público argentino manifiesta preferencia hacia las bebidas dulces.
Esta modalidad se diferencia de los otros países en que la prefe–
rencia hacia las bebidas de tipo seco es más acentuada. Esta afición
se extiende también en gastronomía, así es como he advertido que en
países hermanos, tales como Chile, Perú, Bolivia, Venezuela, Co–
lombia, Méjico, no se comen las mismas sals11s, condimentos y licores
que en
el
nuestro. Por ello es que el pisco peruano,
y
el tequila
----·.,,ejicano -aguardientes de alta graduación- se beben corriente·
nte en esos países con preferencia a las bebidas dulces.
Posiblemente, en pocos países del mundo se beben tantos licores
Ices como en el nuestro, en relación con su número de habitantes.
Entre ellos se destacan en primera línea el anís; las cremas de cacao,
éerezas, los apricots, guindados, las cañas de durazno, las cañas que-
madas, los aguardientes anisados, etc.
Por esta causa es que presento en este volumen una extensa línea
de cócteles dulces o semidulces creados en base al paladar argentino,
a que como siempre lo he sostenido a través de largos años de
periencia, "el placer de beber. sólo se logra realmente, cuando se
bebe a satisfacción del paladar en forma absolutamente personal".
En cuanto a las bebidas secas, de alta graduación alcohólica, que
se beben solas o mezcladas en cócteles del tipo seco, bueno es apun–
tar que desde el punto científico aventajan a las dulces, porque al
no tener excesos de azúcar no producen acidez estomacal.
Por ello, bueno es recordar que en los países donde se beben con
~erencia
bebidas espirituosas secas, la proporción de personas que
~en
a la larga afecciones hepatobiliares es mínima, en relación a
Ja de las personas que acostumbradas a las bebidas dulces sufren estas
afecciones.
Ello no quiere decir, de ninguna manera, que no
deban beberse bebidas dulces, sino que se aconseja,
en general, moderación en el beber; ya que no debe
abusarse de la bebida, en cualquiera de sus formas,
por ningún motivo, ni con ningún pretexto.
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