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PEDRO CHICOTE
la cebada a la destilería, donde es limpiada a má
quina, quitándola todo polvo e impurezas, hecho
lo cual el grano es empapado en agua, a fin de que
se reblandezca. Una vez bien reblandecido el gra
no se deja germinar por espacio de doce o catorce
días, al término de cuyo j)eríodo, la malta verde,
como entonces se la denomina, es llevada al horno.
El piso del horno es de malla de alambre, a fin
de permitir pasar a través de la malta de la cebada
el humo que sube de los fuegos de turba. Este sis
tema de secar, que ocupa unos tres o cuatro días,
imparte al whisky escocés ese gusto humoso que
le caracteriza.
Al objeto de que madure, la malta es almace
nada durante cinco o seis semanas, al final de las
cuales es molida. La malta molida es conducida a
las mezcladoras, donde se le extrae la sacarina me
diante una sucesión de chorros de agua hirviendo.
Este líquido es, después de bien filtrado, enfriado
por los refrigeradores. Hecho ésto se deja fermen
tar para que la sacarina se convierta en alcohol.
Después de dos o tres días el líquido está dispues
to para la destilación.
El alambique donde se destila consiste en un
crisol grande de cobre, terminando en punta en la
parte superior, con el cuello estrecho, doblado, en
ángulo recto a la altura de 15 pies aproximada
mente de la base del crisol.
Hecho hervir el líquido en el alambique, sale el
alcohol en forma de vapor, el cual se condensa ha-