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sitadas en un lugar fresco, pues sabido es que el calor
favorece las formentaciones.
Para restablecer los jaraqes alterados, empléase,
además del descrito, varios medios: la ebullición sobre
carbón de madera ó carbón animal, los pasos á través
de la manga, la a g itación, la concentración, etc., etc.
Cuando 1a alteración proviene de un exceso de ácido
entrado en la fórmula del jarabe, puédese proceder in–
corporándole un poco de magnesia en polvo
y
filtrán–
dole, para saturar el exceso de á cido y detener la des–
composición del azúcar de caña en a zúcar de uva.
Para acabar, recomendamos que se conserve lo me–
nos posible los jarabes de glucosa, porque, una vez
principiada , la fermenta'ción , que encuentra en ellos el
azúcar en el estado má s propio para des a rrollarse, ma r–
cha con extremada rapidez y es muy difícil detenerla sin
perder enteramente el producto.
Se ha aconsejado, no querernos cer rar este capítulo
sin decirlo, para conserva r los jarabes, incorporar
á
estos productos un poco de alcohol ó bien una capa de
g oma; pero nosotros aconsejamos el empleo en todos
los casos del método de Appert, que es el que procu–
ra, mejores resultados.