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te sobre un tamiz ó por un lienzo par,a separarla de los ·
fragmentos de membrana no liquidados.
Cógese esos fragmentos
y
se les tritura en un mor–
tero hasta obtener una pasta compacta (5 litros),
y
ca–
liéntase ésta al baño maría, para agregarla á la ante–
rior solución.
Se incorporará al agua empleada en la preparación
de esta cola un
2 0
por
100
de ácido tártrico.
·
Cuando la cola de pescado se ha liquidado,· se echa
los
15
litros
d~
solución en una barrica de
l 10
litros,
y
añádese poco á poco, removiendo la masa, v-ioo blan–
co ligero ó agua fuertemente alcohofizada hasta que
está llena.
·
Un litro de este líquido contiene 5 gramos de cola
d!;! pescado.
Se le empleará en las siguientes dosis:
Para una clarificación fuerte, 3 gramos.
Para una clarificación mediana,
2
y
medio.
Para una clarificación ligera,
2.
En el comercio se vende la gelatina bajo tres as–
pectos: blanca, rubia
y
gris.
La blanca es la que se emplea de ' ordin,ario para los
vinos blancos. Ha de disolverse casi por entero en vino,
agua hirviente ó agua acidulada.. .
.
La rubia es generalmente utilizada para la clarifi–
cación de los caldos tintos. No funde en frío,
y.
no es
soluble sino en agua calentada á 35 ó 40 grados.
La gris no debe ser empleada de ningún modo, por–
que contiene gran
proporc~ón
de mat.erias impuras que,
permaneciendo en suspensión en. el vmo, pueden desna–
turalizarle.
P~ra
prepararla se la tiene veinticuatro horas en
remoJo en agua fría, que se renueva dos ó tres veces .
. Y ;¡t hincha da se la incorpora cierta cantidad de a-gua
fªl~ente,
mas no hirviendo, para hacerla entrar en diso–
ución,
y
s~
la emplea inmedia tamente.
La dos is varía entre
IO
y 15
gramos por hectoli–
tro, según la naturaleza del vino.
. Para clarificar con
sangre
se bate ésta en deter–
minada cantidad de vino hasta obtener una mezcla bien
homogénea.
Facilítase tal mezola por medio de una adición de