CAPITULO VI
De_los vinns de frutos
Todos los frutos azucarados pueden proporcionar
verdaderos vinos, entre los cuales y el de uva no hay
otra diferencia que la existente entre este fruto y los
de otras especies.
Necesitan al efecto agua, aire, calor y una levadura
de fermentación, y los más abundantes en azúcar son
los mejores para el casQ.
Se les escogerá, pues, muy maduros ó, si por casua–
lidad se hubiese de obrar con frutos cogidos demasia–
do _pronto ó verdes, se les dará tiempo para madurar
exponiéndolos al sol, ó cuando menos dejándolos al
aire libre ó
á
una suave temperatura.
.
Hay dos maneras principales de hacer los vinos mo-
tivo de este capítulo:
1.
0
Por simple fermentación.
2.
0
Por adición de aguardiente y azúcar.
El primer procedimiento es el único que da verdade–
ros vinos; los resultantes del segundo no son sino rata–
fias propiamente dicha.s, Y no experimentan, como los
primeros, la fermentación tumultuosa.
Industriales hay que, para economizar fruto, hacen
fermentar algunos kilogramos con mucha agua y bas–
tante miel para dar cuerpo al licor; mas este método
tampoco es comparable
al
de la simple fermentación.
Se aplastará los frutos, .que, como antes dijimos,
han de ser bien maduros, sm estar estropeados, aña–
diendo azúcar
á
los que no tengan bastante, agua
á
los demasiado azucarados y levadura á los que necesi–
ten este agente, y yoniendo
~n
fermentación
á
l~
vez
el jugo,
el
parénqmma, la pehcula y el hues?, dejando
la materia en reposo hasta que la
fermentac1ó~
tumul–
tuosa haya cesado; se trasegará entonces el licor, ex-