LA PRENSA
SÁBADO 20 DE DICIEMBRE DE 2014
Dicenporahí que
LUIS BELLINI
H
ubo una inva-
sión, sí. Estados
Unidos buscaba
a Noriega, que
eraungeneral, oalgoasí, que
mató e hizo muchas malda-
desenelpaís.Esemismoque
a su vez había traicionado a
un tal Omar. Sí, creo que se
llamaba Omar y que tam-
bién era general, sí. No sé
bien en qué fecha llegaron
los estadounidenses, pero
bombardearon El Chorrillo.
Sí, de eso no hay duda.
Estas frases no son pen-
samientos en voz alta en pri-
merapersona. Son los inten-
tos de un grupo de jóvenes
escolares no mayores de 18
años de responder a un par
depreguntasbásicassobre la
invasión de Estados Unidos
(EU)aPanamáaqueltrágico
20 de diciembre de 1989.
Es pleno día de semana y
son las9:30a.m. Por el
lobby
principal del Instituto Na-
cional transitan profesores,
funcionarios y alumnos de
diferentes edades que apa-
recen y desaparecen de dis-
tintosrincones.Afuera,laluz
del sol ciega y el calor arde.
Tres chicas bajan una es-
calera y se dirigen hacia la
salida. Echan cuentos y son-
ríen. Les pregunto si se ani-
man a responder unas pre-
guntassobrelainvasiónpara
un artículo. Una de ellas, la
del medio, no dudó ni un se-
gundo y accedió a mi con-
sulta.
- ¿Por qué Estados Uni-
dos invadió Panamá?
- Todo empezó desde este
presidente [Roberto] Chia-
ri. Los norteamericanos es-
taban con los de la Zona del
Canal. De ahí pasaron a un
tratado... al tratado de...
- De Torrijos-Carter –la
asisto para terminar la frase.
- Ajá, de Torrijos-Carter.
Entonces de ahí pasó lodel 9
de enero, que los estudiantes
de aquí fueron a plantar la
bandera y de ahí Noriega
tomó el puesto...
- El poder - la corrige una
compañera.
- Ajá, el poder -confirma
la entrevistada. Pero Norie-
ga era narcotraficante y él
asesinó a... se me olvidó el
nombre...
- A Hugo Spadafora. No-
riegadio la orden–aportade
nuevo su amiga.
- Y de ahí vinieron las
amenazas a Panamá de los
norteamericanos. Y bueno,
desde eso fue que pasó la in-
vasión.
- Gracias.
- ¡Estoy
cool
parahistoria!
-celebraconsuscompañeras
antes de retomar su rumbo
hacia la salida.
Antesqueella,unchicode
18 años intentó responder,
pero se rindió a los 10 se-
gundos. “No sé qué decir
muy bien. No sé profundi-
APRENDIZAJE.
Profesores señalan que algunos alumnos estudian para el momento y luego retienen poco o nada de lo aprendido para el futuro.
LA PRENSA/Archivo
zar”, dijo excusándose. Otro
puñado de estudiantes en-
trevistados, todos entre 15 y
18 años, confesaron que no
sabían
del
tema, que no lo habían es-
tudiado o que les daba ver-
güenza hablar.
Antes de que todos ellos
nacieran, no más allá de
1996, unbarriomuycercade
donde hoy estudian ardió en
llamas y se volvió escombros
a pocos días de celebrar una
Navidadmás.
Tal vez desconocendel te-
ma por no haberlo vivido en
carne propia o porque nadie
les habló al respecto; o por-
que el sistema educativo de-
be reinventarse; oporque al-
gunosprofesoresdebenbus-
car otra manera de enseñar
historia; o porque el estu-
diante no sabe estudiar; o
porquealgunos gobernantes
prefieren no colgar ciertos
traposal sol o incomodar, in-
cluso, a ciertos políticos del
país invasor.
Estos son algunos de los
porqué que encontraron los
profesionales consultados al
respecto para intentar expli-
car la desinformación o el
desinterés de los jóvenes
adolescentes
panameños
sobre la invasión.
¿DESINTERÉS O
DESINFORMACIÓN?
La profesora de historia
Eusebia Granadillo, quien
dicta clases en el Instituto
Nacional, asegura que efec-
tivamente allí se enseña so-
bre loquesucedióaquéldíay
sobre historia patria, tal co-
mo establece la programa-
ción curricular del Ministe-
rio de Educación (Meduca).
“Les enseñamos lo funda-
mental para cuando vayan a
launiversidad. Pero el alum-
no estudia para el momento
yluegoseleolvida”,explicala
docente.
Como material de apoyo,
comenta, los exhortaa leer el
libro
Las luciérnagas de la
muerte
, del poeta, periodis-
ta y diplomático panameño
José Franco (1936-).
Por los pasillos del colegio
José Antonio Remón Can-
tera no se ven muchos es-
tudiantes ni profesores. Es
fin de año, están en período
de pruebas finales y ya mu-
chos de ellos se retiraron.
A la sombra del techo de
los estacionamientos cinco
alumnos conversan, toman
jugo, comen empanadas y
miran las pantallas de sus
celulares. Unos tienen 16 y
otros 17 años. Casi automá-
ticamente,tresdeellossepa-
ran y se alejan del grupo
cuando pregunto si alguno
podría hablarme sobre la
invasión.
“Estados Unidos vino a
capturar a Noriega porque
vendíadrogas ymatabagen-
te”, dijounode los dos que se
quedaron. El otro mira con
ojos de tragicomedia a los
desertores que se ríen a lo
lejos.
“Yo sabía pero se me ol-
vidó”, confesó finalmente.
Dentro del recinto, el
coordinador de ciencias so-
ciales del turno matutino
del colegio, Héctor Corrales,
termina con un papeleo
antes de conversar. Aquel 20
dediciembrede1989éltenía
apenas 12 años. Cuenta que
*
DE 20 ALUMNOS CONSULTADOS DE DISTINTAS
INSTITUCIONES PÚBLICAS DE EDADES ENTRE 15 Y 18
AÑOS, UNA QUINTA PARTE TENÍA ALGÚN CONOCIMIENTO DE
LA INVASIÓN Y SUS PROTAGONISTAS.
LA MAYORÍA CONFESÓ NO SABER AL RESPECTO.
hubouna invasión...
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Los escolares revelan falta de conocimiento de los hechos
que derivaron en la intervención estadounidense de 1989.
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