25 años dela invasión - page 14

LA PRENSA
SÁBADO 20 DE DICIEMBRE DE 2014
Omar Torrijos donde entre-
nábamos. Eso no era un
cuartel, pero yo sabía que él
no me quería allí. Lo dijo
desde el primer día que lo
conocí, golpeando su mesa:
“Aquí yosoyel únicocoman-
dante”.
Noquierohablardeloque
hice. Ellos [el EjércitodeEs-
tados Unidos] tuvieron que
retirarsedeSanMiguelitoen
loscincohelicópterosque los
trajeron.
Fueron rechazados de
San Miguelito el 20 de di-
ciembre, con 8 bajas en Ojo
deAgua, al pie del tanque de
Tinajitas. Yo creo que los
gringos no vinieron a masa-
crarnos. Murieron muchos
panameños, pero lamayoría
por incautos. Incluidos los
batalloneros.
Es injusto y hasta infantil
creer que los propios chorri-
lleros iban a quemar sus ca-
sas. Creo que una vez escu-
chéauncuraacusarlos.¡Qué
barbaridad!
Lo más seguro es que las
balas trazadoras hayan in-
cendiado los viejos casero-
nes de madera, secos por el
pronto verano de diciembre.
Pues son balas básicamente
incendiarias con una base
hueca llena de material pi-
rotécnico.
El 23 estábamos descan-
sandoal ladodel restaurante
La Hacienda, en Las Cum-
bres. Éramos 14 combatien-
tesmediodormidos, cuando
escuché el ruido de un he-
licóptero. Abrí los ojos y vi
que pasaba a menos de 200
metros de altura. Bajito. Yo
tenía el fusil enel pecho yme
quedé viendo al fusilero
gringo, que iba sin botas y a
horcajadas. Nos miramos
fijamente, sinparpadear, co-
mo esperando a ver quién
reaccionaba primero. Nin-
guno hizo un ademán...
Apenas se alejaron los
desperté a todos, y nos que-
damos esperando a que vol-
vieran los gringos. Pero no
volvieron.
Lainvasiónmedejótriste.
Yo creo que nunca me re-
pondré de lo que más me ha
dolido: el desprecio del pue-
blo panameño. Pero lo en-
tiendo, porque ningún go-
biernohahechonadapor re-
conocer que en Panamá hu-
bo patriotas, antiimperialis-
tas, antioligarcas y antimi-
litaristas.
La vergüenza mayor es
que primero lo han recono-
cido el general que nos in-
vadióyelEjércitonorteame-
ricano. Yo fuimuy feliz como
combatiente y voluntario
patriota. No cambiaría na-
da.
Solo pido que Panamá re-
conozca que muchos pana-
meños combatimos a los in-
vasoresporelúnicohechode
serlo. Trabajé después en
muchascosasparapoderpa-
gar mis deudas. Porque tras
la invasiónperdímis empre-
sas.Nadiemedabatrabajo, y
hasta un publicista famoso
creó el Círculo de Castigo
contra Tato Ledezma.
Volví a lanada. Pocos ami-
gosme recibieron con cariño.
Algunos con sus dudas razo-
nables. Sin trabajo, lleno de
deudas,trasunañoenlaclan-
destinidad, me incorporé a la
vida el 2de enero de 1991.
Con el primero que hablé
fueconEduardoHarker. So-
breviví 10 años ‘camaro-
neando’ y con Jamboree Ju-
ventud,quefueunaofertade
formación social diferente.
Eran varias ferias en una,
con un área de formación
humanista.
Paguéhastaelúltimocen-
tavo. Perdí una casa que ha-
bía hecho en Alcalde Díaz. Y
de tropiezo en tropiezo en-
derecé mis finanzas. Me es-
forcé. Recuerdo que fui al
Banco General y le dije a la
personaque llevabami saldo
de [tarjeta] Visa, que iba a
pagar centavo a centavo. Y
así lohice. Les llevabaundó-
CONOCÍ A NORIEGA EN 1984 CUANDO HICE SU BIOGRAFÍA
Y LA DEL GENERAL PAREDES, EN SENDOS DOCUMENTALES
PARA EL TRASPASO DE MANDO. NORIEGA ME PREGUNTÓ:
“LEDEZMA... ¿Y ESTO NO ES UNA TABLILLA?”
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MILICIA POPULAR.
Benjamín Colamarco, agente representativo de los ‘Batalloneros de la Dignidad’.
LA PRENSA/Archivo
LAS FECHAS CLAVE
DE TATO LEDEZMA
1944
Nace Guillermo Ledezma.
1978
Se inscribe en la brigada
que asegura ‘estaba
formándose
espontáneamente’.
1981
Graba en Nueva York la
voz de Ramiro Da Silva
para los diálogos del 'long
play' de Maestra Vida,
segunda parte, de Rubén
Blades.
lar, 5, 20... Hasta que termi-
né, como cinco años des-
pués.
La Caja de Ahorros me
embargó la casa yme la qui-
tó. No podía pagarla. Traba-
jaba en todo lo que salía,
cualquier cosa. El primer
trabajomedioseriome lodio
Vilma de Arias, de IBM. Yo
sé cuánto le costó que me
aceptara esa empresa, y ella
no sabe cuánto significó en
mi recuperación.
No soy apegado a rique-
zas. Vivo en un cuarto de 34
metros cuadrados, juntocon
mis libros y mis ilusiones.
Gano mucho dinero al mes,
perovivoconescasosmil dó-
lares. El resto, lo invierto en
solidaridad social.
NotengoRolex, ni casade
playani cambioel carrocada
cinco años nime compro ro-
pa de marca. Voy en zapa-
tillas a mi trabajo como ase-
sor de los magistrados del
Tribunal Electoral y ellos lo
permiten porque conocen
mi modo de ser.
La corrupción es una he-
rencia del capitalismo, sem-
brado en nuestro país desde
tiempos de la Colonia, pero
afinado desde que se cons-
truyóelCanalycuandonació
el capitalismo neoliberal.
Panamá aún no ha diri-
midosuscuitas internas; fal-
ta mucho para saber toda la
verdad de nuestra historia.
Nadie tiene derecho a in-
tervenir en los asuntos de
otropaís.Esaesunacostum-
bre que hay que abolir. Me-
ten sus narices en todas par-
tes, y es por su instinto ex-
poliador.
Me parece que los dicta-
dores deben ser depuestos
por los pueblos a quienes
oprimen. No es bueno de-
berles liberaciones a los ex-
tranjeros. Cuba y Nicaragua
echaron a sus dictadores,
que eran peores que Norie-
ga.
HabíaconocidoaNoriega
en1984cuando tuvequeha-
cer su biografía y la del ge-
neral Paredes, en sendos do-
cumentales para el traspaso
de mando. En aquella oca-
sión me preguntó Noriega:
“Ledezma...¿Yestonoesuna
tablilla?” [trampa].
Me metió preso en la Na-
vidad de 1988, el 24 de di-
ciembre, a las cincode la tar-
de.Fui acusadodequerer to-
marme el Cuartel de Tina-
jitas.Unañodespuésocurrió
la invasión.
Cuento mi testimonio. El
morbo quiere anécdotas y
nombres de traidores, co-
bardes y delatores, pero no
voy a castigar a los descen-
dientes con vergüenzas in-
merecidas.
Y solo pido que Panamá
reconozca que muchos pa-
nameños combatimos a los
invasores por el único hecho
de serlo.
1984
Conoce al dictador y a
quien estaba postulado
para la Presidencia de
Panamá. Hace un vídeo con
ambas figuras del régimen.
1988
Noriega lo envía a la
cárcel.
1995
Crea, junto con otras
personas, la Fundación
Amigos con Leucemia y
Cáncer.
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