25 años dela invasión - page 24

LA PRENSA
SÁBADO 20 DE DICIEMBRE DE 2014
24
ligencia.
Noriega interpretó el ar-
tículo de Hersh como una
traición de sus aliados esta-
dounidenses. Lo cierto es
que tras la publicación del
Times
, las conexiones con el
dictador resultaban emba-
razosas para el Gobierno de
Washington, que comenzó a
tratar de distanciarse deNo-
riega.
La situación se agravó
cuandounañomás tarde, en
juniode1987, el segundoofi-
cial al mando de las Fuerzas
de Defensa, Roberto Díaz,
hizo confesiones al respecto
del fraude de 1984 y la co-
rrupción auspiciada por el
organismo armado. Sus de-
claraciones produjeron una
ola de protestas contra el ré-
gimen, el cual respondió con
violencia a las demandas
ciudadanas de desmilitari-
zación y democratización.
En los 30 meses siguien-
tes hasta la invasión, Was-
hington puso en práctica
medidas diplomáticas y po-
líticas, sanciones económi-
cas,encausamientosjudicia-
les y estrategias encubiertas
para sacar del poder a No-
riega. Aunque cada vez re-
sultabamás claroqueEUno
lotoleraríaindefinidamente,
Noriega–aupadopor sus co-
laboradores de las Fuerzas
deDefensa y el PRD–noda-
ba su brazo a torcer.
Desaprovechó la oportu-
nidad que ofrecían las elec-
cionesde 1989paraentregar
el poder sin traumas adicio-
nales. No satisfecho con
anular el resultado de los co-
micios, hizo vapulear a los
candidatos opositores. Las
imágenes de sus atropellos
dieron la vuelta al mundo y
acentuaron la repugnancia
queinspirabaeldéspotatan-
to enPanamá como en el ex-
tranjero.
El tirano creyó que sus
bravuconadas, su hostiga-
miento del personal esta-
dounidense en Panamá y el
apoyo que recibió de adver-
sarios de Washington como
Nicaragua, Cuba y Libia, in-
timidarían a la superpoten-
cia. Él y sus asociados hicie-
ron caso omiso de aquella
milenaria sentencia de Tu-
cídides, brillantemente ex-
puesta en la
Historia de la
guerradelPeloponeso
,que
capta la esencia de las rela-
ciones internacionales enun
mundo caracterizadopor las
diferencias de poder: “Los
fuertes hacen cuanto pue-
den y los débiles sufren
cuanto deben”.
En efecto, en esta convul-
sionada relación la parte
fuerte haría cuanto pudiera
para salvaguardar su presti-
gio.Alapartedébilletocaría,
inexorablemente, sufrir las
consecuencias del callejón
sin salida al que la habían
llevado Noriega, sus milita-
res y el PRD.
‘CAUSA JUSTA’
El 15 de diciembre de
1989, Noriega hizo que la
Asamblea Nacional de Re-
presentantes de Corregi-
mientos lo proclamara “jefe
de Gobierno” (cargo inexis-
tente) y que declarara a Pa-
namá “en estado de guerra
mientraspersista laagresión
contra el pueblo de Panamá
porpartedeEUdeAmérica”
(
El País
, 16 de diciembre de
1989). Al día siguiente, un
uniformado estadounidense
fuemuertoenunreténde las
Fuerzas de Defensa de Pa-
namá (
The New York Ti-
mes
, 19 de diciembre de
1989).
Estos hechos le dieron al
gobierno del presidente
George H.W. Bush la excusa
que necesitaba para realizar
su intervención .
En la mañana del 20 de
diciembre, el presidente
Bush se presentó ante los
medios para justificar la ac-
ción militar iniciada horas
antes en Panamá. De acuer-
do con el mandatario, la in-
vasiónse llevóacabopara: 1)
proteger la vida de los ciu-
dadanos estadounidenses
en Panamá; 2) proteger los
intereses y derechos de EU
deacuerdoconelTratadodel
CanaldePanamáde1977;3)
aprehenderaManuelNorie-
ga para enjuiciarlo en EU
poracusacionesdenarcotrá-
fico; 4) restaurar la demo-
cracia enPanamá (
TheNew
York Times
, 21 de diciem-
bre de 1989).
Como explicación para la
invasión de 1989, estas ra-
zones no son convincentes.
Más que los motivos enun-
ciados por el presidente
Bush, una razón primordial
fue el deseo de apuntalar la
credibilidad de EU, que ha-
bía sido minada por el dic-
tador de un pequeño país en
la esfera de influencia de
Washington.
Semejante
afrenta al prestigio estadou-
nidense era inadmisible en
momentos enque el imperio
soviético se desmoronaba,
cuando el mensaje que co-
rrespondía enviar al mundo
era que si la Unión Soviética
se derrumbaba, EU seguía
siendo una superpotencia
capaz de enfrentar cualquier
reto que le planteara el sis-
tema internacional.
Mejorar los índices de
aprobación del presidente
Bush fue otro de los motivos
detrás de la intervención. En
sulibro
U.S.Presidentsand
Latin American Interven-
tions
(University of Kansas
Press, 2008) el profesor Mi-
chael Grow alude al debili-
tamiento de la imagen del
presidente a raíz de sus pro-
blemas con Noriega. Tras la
invasión, sin embargo, sus
índices de aprobación au-
mentaron: de 50% en enero
de 1989 a 80% un año más
tarde, según Gallup (
ht-
tp://www.gallup.com/po-
ll/116677/presidential-ap-
proval-ratings-gallup-his-
torical-statistics-trends.as-
px#2
).
A estas razones, algunos
autores agregan, como mo-
tivos accesorios, el interés de
la armada estadounidense
por probar la efectividad de
nuevos equipos bélicos (co-
mo el bombardero Stealth F
117-A, luego usado en Irak)
en el campo de batalla y por
obtener información de in-
teligencia política omilitar.
Efectivamente,durantela
invasiónel ejércitoconfiscóy
envió a EU varios miles de
cajas de datos clasificados,
recabados por Noriega y sus
secuaces durante sus años a
cargo de la unidad de espio-
naje de la Guardia Nacio-
nal.
LAS CONSECUENCIAS DEL
MILITARISMO
La intervención militar a
Panamá no estuvomotivada
por un deseo altruista de
promover la democracia, los
derechos humanos o la pro-
bidad en Panamá. Durante
muchos años, EUrespaldó a
ladictadurapanameñaape-
sar de sus actividades anti-
democráticas y su corrup-
ción.
La invasión fue la res-
puesta al menoscabo que las
acciones de un dictador y
agente de la CIA le causaron
a la credibilidaddel paísmás
poderoso del mundo y de su
líder.Lahistoriaylateoríade
las relaciones internaciona-
les prevénque así se conduz-
can los Estados poderosos.
Por lo tanto, provocar a
EU fue una imprudencia
máxima deNoriega y sus se-
guidores, solo explicable en
un contexto de primitivis-
mo, desesperación o ambi-
ción sin límites.
Noriega y sus allegados
son responsables por el en-
frentamiento
destructivo
con EU que culminó en la
invasión de 1989. Este trá-
gico desenlace demuestra el
fracaso del militarismo pa-
nameño, que se apoderó del
país en 1968 y lo mantuvo
sometidodurante lasdosdé-
cadas siguientes.
Por ello, es sumamente
preocupante que, 25 años
después de la invasión, los
servicios panameños de se-
guridad estén una vez más
encaminadosporlasendade
la militarización, con apoyo
deEU.Comolodemuestrala
historia, esos rumbos no
conducen a finales felices.
REPRESIÓN.
La ola de protestas de los ciudadanos contra el
régimen, que respondió con violencia.
JURAMENTACIÓN.
Ricardo Arias Calderón, Guillermo Endara y Guillermo ‘Billy’ Ford se
juramentan como mandatarios de la República de Panamá en una base estadounidense.
LA PRENSA/Archivo
*
LA INTERVENCIÓN MILITAR A PANAMÁ NO ESTUVO
MOTIVADA POR UN DESEO ALTRUISTA DE PROMOVER LA
DEMOCRACIA, LOS DERECHOS HUMANOS O LA PROBIDAD
EN PANAMÁ. DURANTE MUCHOS AÑOS, EU RESPALDÓ LA
DICTADURA PANAMEÑA A PESAR DE SUS ACTIVIDADES
ANTIDEMOCRÁTICAS Y SU CORRUPCIÓN.
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