25 años dela invasión - page 16

LA PRENSA
SÁBADO 20 DE DICIEMBRE DE 2014
por el rigor de la disciplina
castrense. Sus alumnos te-
nían entre 15 y 18 años de
edad. En general eran hijos
de campesinos, de trabaja-
dores y de pequeños comer-
ciantes, con laposibilidadde
optar por carreras de carác-
ter civil, policial o militar.
Eran parte de la generación
llamada a regentar el país
una vez regresara el Canal a
manos panameñas. La ma-
yoría son ahora abogados,
ingenieros, médicos, y algu-
nos, muy pocos, policías.
“Recibíamos 15 materias,
9 de bachillerato y 6 de tec-
nología. No era una escuela
militar. Fuealgomuy injusto
[el ataque] porque los grin-
gos sabían que éramos es-
tudiantes. Ellos conocían el
área perfectamente”, asegu-
ra López Cedeño, hoy abo-
gado de profesión.
Dice que si no hubiera si-
do por el grito de ¡
students
!,
la siguiente granada habría
cobrado su vida. Recuerda
que resultaron heridos al
menos 10 de sus compañe-
ros y que el único soldado de
las Fuerzas de Defensa de
Panamá que estaba junto
con los tomasitos era el sar-
gento primero FelipeMaga-
llón,quevivíaenlacordillera
central, enElCopé.Lodiode
baja un proyectil disparado
desdeunhelicóptero.Nunca
aparecieron los militares
responsables de supervisar a
*
SI BIEN EL DIRECTOR DEL
INSTITUTO CUENTA HOY
QUE INTENTÓ AYUDAR,
LO CIERTO ES QUE CUANDO
LLEGÓ LA HORA DE LA
VERDAD LOS TOMASITOS SE
QUEDARON SOLOS. LAS
HERIDAS DE ESA GUERRA
ESTÁN EN LA PIEL Y EN
LOS RECUERDOS.
los muchachos, coinciden
varios entrevistados.
Los abandonaron “sin
orientación ni protección”,
denunciaDavidOcálagan, el
segundo al mando en la ins-
titución. En ese momento
trabajaba en la Unidad Es-
pecial Antiterror (Uesat). Su
versión se publicó el año pa-
sadoenundiario local, luego
de
que
los
últimos
tomasitos lo invitaran a un
encuentro social. Entonces
aprovecharon para contarle
sus historias y mostrarle sus
heridas. “Si yo, un simple te-
niente, tenía información de
que era altamente posible
que se diera la invasión
esanoche,imagíne-
se los de mayor
rango. Fue una
irresponsabilidad
con esos chiqui-
llos. Imagínese la
angustia de los pa-
dres”.
Algunos toma-
sitos lograron salir
y desplazarse por
entre la maleza, mu-
chos de ellos en paños
menores. Escaparon al
pueblo de Río Hato donde
HISTORIA.
El Instituto Militar Tomás Herrera fue fundado en 1974 y desapareció con la invasión al igual que la Escuela de
Formación de Oficiales Benjamín Ruiz, fundada por Manuel Antonio Noriega en 1986.
Cortesía
moradores les dieron acogi-
da.Losotros recibierontrato
deprisionerosdeguerray los
subieron encapuchados a
aviones Hércules. Volaron
hacia las áreas de Howard o
Cocolí, cerca del Canal de
Panamá.
La invasiónse inicióantes
de la medianoche, rememo-
ra el hoymayor de la Policía,
Fernando Rivera. También
era un tomasito. Se usaron
aviones caza furtivos F-117
Nighthawk que lanzaban
bombas,
helicópteros
AH-64Apacheensobrevue-
lo de la base, y naves C-130
que soltaban paracaidistas.
Dos compañías de las Fuer-
zas de Defensa operaban en
Río Hato: los Machos de
Monte y la Expedicionaria
Mecanizada.
Y LAS FUERZAS DE
DEFENSA...
Un artículo de la revista
Lotería
de marzo-abril de
2012 recoge varios testimo-
niosde esanoche enRíoHa-
to. Escrito por Pantaleón
García, califica de “notables”
las divisiones de ese ejército.
La compañía Macho de
Monte salvó a Noriega del
ataquedeMoisésGiroldi el 3
de octubre de 1989, y había
asumido tareas en la capital.
La Expedicionaria, en cam-
bio, no acudió al llamado de
auxilio ante el intento de de-
rrocamiento, y era mal vista
ESCUDO.
Un libro y dos
sables con la bandera
panameña como fondo.
Cortesía
ADOCTRINAMIENTO.
Los militares tenían como costumbre ordenar pintar murales y letreros
con motivos nacionalistas o de cumplimiento del deber.
Cortesía
FORMACIÓN.
Desde 1974 hasta 1989 se graduaron cientos de
estudiantes de sectores populares.
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